Militancia Kreativa.
@ciruzabalia
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Adentro se festeja, los compañeros brindan, se hacen bromas, celebran que una actividad que se planeo por semanas haya salido bien. Se funden en abrazos los que, días atrás, se demandaban a los gritos por la presión propia de querer que las cosas que uno hace desde el corazón salgan bien, y llevan a ese tipo de situaciones que se arreglan con un vaso de vino y un guiño de por medio.
Afuera me apoyo en la baranda del balcón y veo los autos pasar, la avenida Santa Fe no descansa, le doy el sorbo final a mi trago y escucho la voz de Ella: "¿lo extrañas?", mientras cierra la puerta que comunica el departamento con el balcón. "A ambos", le respondo. Nos quedamos en silencio, no nos miramos, yo sigo viendo los autos pasar, Ella me abraza y veo caer un par de mechones rubios sobre mi hombro.
Pienso en Ellos, no se conocían, uno se fue en 2006, otro en 2010, ambos me dejaron una inmensidad de enseñanzas, pero sobretodo la idea de que no deje que me cuenten la historia sino que sea parte activa de ella. Ella sigue colgada de mi espalda, yo sé que espera que inicie el dialogo aunque en breve soltara algún comentario para romper el silencio que tanto la incomoda. Sigo mirando los autos, pensando en esas dos ausencias tan presentes, en el esfuerzo que hago todos los días para no olvidar el timbre de sus voces lanzándome verdades.
Mágicamente, como si alguien hubiera apretado stop, dejan de pasar autos por Santa Fe, y se escucha de fondo, a lo lejos, un coro de voces cantando algo, no puedo descubrir que cantan pero se van acercando. A la Rubia también le llama la atención descubrir qué canta ese grupo de pibes que ya podemos ver desde el balcón del 3ºA. No tienen más de 20 años, salen de bailar seguramente, los tenemos a 50 mts, ya podemos oirlos... "Para que reine en el pueblo el amor y la igualdad". Nos sumamos sin pensarlo al canto “¡Perón, Perón, qué grande sos! ¡Mi general cuanto vales!”, los pibes nos descubren y se detienen a cantar debajo del balcón. Se abre la puerta y se suman los compañeros que estaban brindando adentro, somos 15 en tres metros cuadrados cantando la marcha “Imitemos el ejemplo de este varón argentino, y siguiendo su camino gritemos de corazón...” “¡Viva Perón! ¡Viva Perón!” se escucha de un departamento vecino, y se sigue sumando gente. Uno de los pibes grita desde la vereda "¡¡¡Viva Perón!!!", "¡¡¡Viva!!!" le respondemos todos abrazados en el balcón, el vecino lanza un "¡¡¡Viva Néstor!!!", y respondemos todos "¡¡¡Viva!!!". Nos despedimos haciendo la V con los dedos.
Así estamos, recorriendo este camino que se inicio el 25 de mayo de 2003, o incluso antes, llenando las calles de alegría Peronista, fundiéndonos en abrazos después de cada actividad militante, mirándonos a los ojos después de cada sanción de ley, secándonos las lagrimas por la pérdida de un compañero importantísimo pero sabiendo que vive en cada pibe que cobra la AUH, en cada funcionario que deja a su familia un fin de semana para ver como implementar un plan de gobierno en un pueblito perdido de una provincia, en cada pibe de 20 años que discute en una sobremesa con sus padres sobre política...
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