, ,

Nicolás Mavrakis


“No les votes”
“Limpio tu coche con mi título universitario”


I
Mientras en Argentina se celebran emancipaciones, en España se protesta contra la regresión. La cuestión pasa por las condiciones de posibilidad que «los jóvenes» tienen para influir en su época.

Si al kirchnerismo se lo ha «celebrado» por haber devuelto a la política una dimensión orgánica capaz de superar su mero corporativismo, a la luz de otro 25 de Mayo lo que se olfatea cada vez más necesario es la defensa simbólica de esa victoria como instancia vital de la participación de «los jóvenes», ni siquiera en el kirchnerismo, sino en su propia época.

II
Resulta incómodo aclarar que «los jóvenes» son más que una franja etárea. «Los jóvenes» vendrían a ser aquellos que perciben un horizonte donde algo trascendente se juega en su época mientras la viven y quieren saltar dentro. «Los jóvenes» son quienes no se conforman con la placidez del engaño intelectual y la abulia moral. Así sean «jóvenes» de 90 años. La emancipación de las ideas como algo más que simples inquietudes y de las voluntades como algo más que simples voluntarismos es una victoria (¿cultural?) de la década kirchnerista. Si no, miren hacia España.

III
Habrá quiénes prefieran frivolizar su época y estigmatizar a sus agentes antes que permitirse colocar en duda la seguridad del universo bajo sus pies. El movimiento crítico implica ejercer ciertas libertades y ese ejercicio no siempre está al alcance. Pero no se trata de «culpar» a nadie. Se trata de identificar sus discursos. Ahora circulan bajo la grisura de esa doxa que repite que «los jóvenes que protestan en España son buenos porque son apolíticos», mientras que «los jóvenes que militan en Argentina son malos porque quieren cargos en el Poder».

Llevémoslo a una contemporización histórica entre 1810 y 2011. ¿De qué «culpar» a quien un 25 de Mayo de 2011 todavía sugiere, sin inmutarse, que lo conveniente es ser un poco más «español»? ¿Qué «recriminar» a quien necesita desesperadamente que te conformes con «indignarte», como si la cosa pública se midiera con los mismos parámetros de un living?

Vivir teñido de la grisura de esa doxa y fuera de tu propia época ya debe ser suficientemente difícil.

0 comentarios:

Publicar un comentario