Hank Soriano

Hank Soriano
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@hanksoriano
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2003

De 2003 no me acuerdo mucho.
Creo que andaba por ahí perdiendo el tiempo entre la pavada y la pelotudez, creo que estábamos un poco atontados todos, desconfiados y sabíamos que nos iban a cagar otra vez. Creo que no teníamos mucha conciencia ni esperanza y creo que sabíamos que pronto el que sea, iba a renunciar. Creo que pensábamos que un tipo tan torpe como ese tal Néstor Kirchner iba a durar poco y creo que tampoco teníamos mucho terror por la idea de separar al país en departamentos separados, “a lo Rusia” y tampoco temíamos demasiado por la venta presunta del edificio del Congreso de la Nación.
Creo que todos pensábamos un poco que Duhalde había llegado para quedarse entre las sombras y manejar a ese monigote que era ese tipo tuerto y feo y canoso que algunos decían que era un garca y otros un títere de Duhalde. Y creo que muchos no estábamos tan en desacuerdo con que fuera así.
Creo que en esa época yo trabaja en publicidad y que ganaba jodidamente mal, después de haber laburado durante todo un año gratis en Puerto Madero, acompañando a mis compañeros a comer a Siga La Vaca en anchos festines de carnes magras y papa fritas para todos. Creo que en esa época la idea de participar activamente en la política era pensar en robar, hacerse rico y después ser presidente, mandarse dos o tres cagadas, renunciar y tener una jubilación de privilegio. Creo que en 2003 voté con convicción a Néstor Kirchner porque me caía bien que sea horrible y porque uno de esos compañeros de las cancheras agencias de publicidad, decían que había que votar a López Murphy porque tenía otro porte y porque ya en ese entonces, y desde chico, soy más amigo de los melladitos, feítos, raros, torcidos y locos, y que entonces debo haber pensado que ese imbécil votaba a eso entonces yo votaba a lo otro.
Creo.
Creo también que en adelante, todo lo que aprendí de política, y es bien poco aunque hayan enseñado mucho, es que la política era una herramienta de cambio, una alegría enorme, un lugar de estrategia, con mucho de lúdico, con trampas hermosas y con pozos de los que sabremos salir o al menos convencerte para que nos saques. Creo que desde esa fecha en adelante la política dejó de ser mala palabra y nos cambió la realidad pero de verdad, y que creímos desde entonces que che, el ministro de economía era un forro si no jugaba para nosotros y que se empezaban a hacer las cosas bien. Creo que en ese entonces detestaba la política y prefería vender cosas de McDonald´s o zapatillas y que cuando llegó este tipo, así como era, me mostró la eterna hermosura de ser una parte minúscula pero parte al fin, de un agente de cambio muy muy macro.
Creo que Néstor nos devolvió, con la política, el poder.
Y ese poder no se pierde jamás, aún dejando de ser, algún día que no llegará, gobierno.
Creo que estos ocho años recién empiezan y que todo lo que tenemos que aprender, en cualquier momento, lo vamos a aprender y que cuando eso pase, lo que tendremos que aprender, en cualquier momento llegará y así hasta el infinito.
Creo que desde 2003 en adelante a muchos de nosotros nos hizo un click que nos cambió la cabeza para siempre, que nos incendió el corazón y que nos mató y resucitó mil veces.
Creo todo eso.
Pero si hay algo que sé, es que a esto lo defiendo con uñas y dientes, porque esto, mis queridos amigos, no es ni más ni menos que mi vida, la tuya, la del que está al lado y la de los que están por venir.
Saludemos entonces a todas nuestras tragedias, a todos nuestros hijos de puta, a todos nuestros males, a todos nuestros garcas porque gracias a ellos, fue que pudimos ver, conocer, vivir y morir a un tipo que hizo las cosas tan bien que aún las sigue haciendo.
Brindemos por cada día nuevo que tenemos desde entonces y laburemos, MUCHO para que todos los días brillen nuevas cabezas.
Y no nos cansemos nunca en explicarle a todo el mundo, que ser ajeno a la política, es ser ajeno a la vida misma, sea ésta buena, mala o lo que le haya tocado a cada uno en suerte y no pretenda cambiar.
Salú.