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Lucas Carrasco

Hay algo ahí.

Era el año 2004. En Paraná, en el bar donde se cocinaban los rumores que a la tarde se presentaban como hechos noticiosos, me senté cuando salí de la radio. Un funcionario del gobierno de Busti, estrenando saco, se me acerca a la mesa. Tenía un par de años menos que yo y nos conocíamos de la escuela primaria. Me consultó por un comunicado de prensa de la juventud peronistas, en ese entonces, muy identificada con una ortodoxia en desuso. Como un saco viejo.
Se aflojó la corbata –seguramente comprada en cuotas- y se pidió un café. Con edulcorante.
-Yo pondría, entre las cosas que mencionás (el impulso al juicio político a la corte suprema, el descabezamiento de los milicos, la recuperación de la Esma, el aumento de las asignaciones y jubilaciones y el retorno de las paritarias, que vino el segundo día de asumir a traer pesos para que retornen las clases en Entre Ríos, la integración latinoamericana y la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida) que en el acto de recuperación de la Esma el Himno Nacional fue cantado por Charly García, en la versión de Charly García.

Yo quería, un poco, romper las pelotas. Mi amigo, apagando sus dos celulares (señal de profunda reflexión) me increpó, cauteloso:

-Pero Charly García ¡era menemista!

Lo dijo con signo de admiración: ! Viejo zorro, nos conocemos.

-Está bien, pero el punto no es ése. Es la primera vez en la historia que un presidente de la nación se baja del protocolo azul. El Himno cantado como rock, ése es el punto.

Después, creo que me fui a caminar un rato por la plaza y a dormir la siesta. Al otro día, estaba el comunicado en el diario de la Sociedad Rural. Decía eso del himno y el rock. Me dio risa. Se lo dije medio en serio, medio en joda.
Siete años después puede que se pueda entrever ahí algo. O que, pueda decirse (para autoelogiarse, que es el modo en que se hace hoy periodismo) que algunos vieron un indicio de diferencia, de acento distinto, alternativo, ahí.
La hipótesis suena algo pelotuda por que se trata de una cosa menor al lado de una inmensa: la recuperación de la Esma.
Sin embargo, podría haber sucedido de otra manera. ¿Porqué poner el himno en una versión roquera en vez de la marcial, desteñida, habitual y rutinaria cantata de corte militar?
Es una buena pregunta.
Bah. No sé si es una buena pregunta.
Pero sí es algo que no estaba en los papeles, que no fue puesto en los programas, que quizás hasta sobraba, que mostrada la desmesura, je, ese rasgo tan tierno que el kirchnerismo le imprime a los grandes acontecimientos históricos.
La rebeldía de estas cosas, vistas a hoy, puede que hayan sido el anticipo de la diferenciación entre poder y gobierno.

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